Crecer a través de tu obra
Fernando Zaragoza y Merari Fierro
Incansable, lleno de ideas e inquietudes, reencontramos a Ricardo Alemán en las calles de la Ciudad de México, donde presentó su último proyecto Paisajes, bitácora de viajes. Éste es un catálogo de la exposición que llevó el mismo nombre, a la que asistieron cerca de doce mil personas: “Al final el público de la ciudad de México a diferencia del público de Guadalajara yo lo siento muy receptivo, muy preparado; el público común y corriente […] se anima a preguntarte, a cuestionar qué onda con la obra; en Guadalajara no me ha pasado eso”. Alemán tiene claro que la forma en que un artista se comunica con su público requiere de un proceso, el mismo proceso que vive un artista durante toda su vida: “A mí me gustan los retos, me gusta mucho pensar que puedo aportar algo aunque sea un tema trillado como el de Frida Khalo […] Un tema no puedes desecharlo como artista por más trillado que esté, lo importante es que puedas darle la vuelta, abocarte a la creación; y esto te abre el panorama de dónde estás parado, con quién estás dialogando.”
Así, Ricardo considera que está más enfocado en la producción de su obra y ya no tanto en la venta; considera que para lograrlo es necesario conseguir un equipo de trabajo con el cual se genere “una dinámica estable, porque no nada más es la creación de la obra, conlleva la difusión, la promoción, la venta, y cómo la colocas”. Y es que el mundo de las galerías, como sucede con la distribución de otras expresiones artísticas, ya tiene estructuras formadas y se basan en generar una relación de confianza con el artista. Alemán afirma que también es importante ser coherente respecto al precio en que se vende la obra: “Luego hay gente que te busca para que le vendas obra directamente pensando que la puede conseguir más barata […] Lo mejor es armarse de paciencia para ir colocando poco a poco tus piezas. A fin de cuentas uno pinta no para vender sino porque está comprometido con su obra, porque nos gusta […] De que hay talento hay talento, pero a fin de cuentas vivir del arte requiere entender cómo funciona el mercado”. En su caso, toda la venta de su obra sucede a puertas cerradas.
Alemán intenta ya no involucrarse tanto en los procesos de gestión cultural, algunos de los más importantes han sido la Feria de Arte en Lagos de Moreno, el Centro Cultural Malasangre y la revista La rueda. Él es un artista que entiende que no es suficiente con tener una mente creativa o una habilidad específica: también es necesario concretar. Tal vez por eso apenas cierra un proyecto ya está abriendo otro. Actualmente tiene en puerta presentar una carpeta gráfica para reunir los fondos suficientes que permitan publicar, a su vez, un libro sobre el Taller de Investigación Visual. “Es ambicioso el proyecto, ya que estamos hablando de un catálogo que va a contener más de cincuenta imágenes de la obra de estos autores, no sé en cuanto tiempo se logre pero seguimos empujando para conseguirlo.”
La búsqueda de financiamiento es un tema que afrontan todos los artistas de este país. Así, el catálogo Paisajes, tuvo diferentes tipos de apoyos, tanto institucionales como particulares; incluida la sociedad en general. Y para representar al conjunto de personas que generan cultura, muestra el sello de la Secretaría de Cultura Independiente: “Es importante que haya una conciencia desde la sociedad porque hay una generación, sobre todo de gente joven, que crece pensando que la panacea como artista está en el gobierno, o en las becas, o en los apoyos.”
La invitación a usar este sello está abierta a todo aquel que genera cultura. Es una forma de unificar los proyectos independientes y que se reconozca el esfuerzo que hacemos desde nuestras trincheras: “Es una alternativa respecto al esquema que manejan las secretarías de cultura de cualquier gobierno […], como si ellos fueran los productores de la cultura, no los que están aportando una cantidad de recurso para apoyar un proyecto”. Alemán comenta además la importancia del proceso como forma de expresión cultural que también requieren de apoyo: “nunca habrá un presupuesto suficiente para todo lo de cultura, entonces hay que poner el dedo en el reglón, en cómo se usan esos pocos recursos que hay, en cómo los diriges, y en cómo la sociedad sigue generando proyectos culturales sin que esto sea reconocido”.
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