¿Cómo definimos el éxito?

© Loren Fisher

Helena Roerich

¿Cómo definimos el éxito? Ciertamente, los trabajos tienen éxito cuando su huella es seguida por un amigo y un enemigo por igual. Uno puede atravesar la vida con valentía cuando los fuegos-guías iluminan el camino, cuando los peligros en sí son parte del diseño del Velo de la Madre del Mundo.

Las energías sutiles no están aceptadas en la vida diaria. Y cuanto más lejos va la humanidad, con más crueldad abusa de las fuerzas inferiores que conquista.

Descubriremos la evidencia de la acción de las energías sutiles en la vida diaria. Es asombroso que las manifestaciones más notables de estas energías no llamen la atención. A menudo la gente ve y oye cosas extraordinarias, pero las entierran con su rechazo mental. ¿Cuán poderosa tiene que ser una manifestación para que el ojo humano la perciba? Cuando el hombre ve y nota un fuego, encendido por sí mismo y sin consumir, decide que es electricidad. Cuando oye la vibración de una cuerda en el aire, o el repicar de una campana donde no hay nada, piensa vagamente en las ondas del sonido. Cuando ve estrellas de colores cerca de él, por supuesto, sale corriendo a ver un oculista. Cuando ve formaciones en el espacio, piensa en el polvo de los meteoritos. Cuando recibe objetos del espacio, sólo sospecha en su vecino; su imaginación no puede ir más lejos. Casi nunca presta atención a las manifestaciones dentro de su propio organismo. Sin embrago, es de estas pequeñas observaciones que se construye una gran experiencia. Las opiniones no se deben imponer por órdenes, pero deben pasar a través de los propios canales de la energía psíquica. Observemos de cerca. En la vida diaria debemos refinar la agudeza de nuestro entendimiento de las energías sutiles, pues en éstas reside el futuro.

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