Paco Ignacio: ¿Qué te ha hecho Kant?, I/III

David Ricardo*

Monterrey.- En una gran editorial hay dos maneras de no alcanzar los objetivos y la misión editoriales: quedarse corto, realizar una mala edición de una obra, editar obras deficientes y no suficientemente meritorias para la divulgación, y exceder las necesidades y expectativas de los posibles lectores. 

     Recientemente Paco Ignacio Taibo II ha comentado en diversas entrevistas los problemas financieros y de política editorial que padece el Fondo de Cultura Económica (FCE), institución de la que acaba de ser nombrado director general. Entre estos problemas, el nuevo director ha cuestionado una serie de ediciones bilingües de Immanuel Kant, el filósofo de Königsberg (ciudad de la Prusia oriental, después parte de Alemania y hoy Kaliningrado, Rusia, a partir de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial), autor importante para el estudio y definición de la razón, la antropología, el conocimiento, la historia y la política. En diciembre de 2018 fue denunciado como traidor a posteriori en una demanda para que su nombre fuera rechazado para un aeropuerto ruso. Según uno de sus detractores, “se humilló yendo de rodillas a rogar que lo nombraran a una facultad de la universidad para que pudiera enseñar y escribió unos libros incomprensibles que nadie aquí ha leído ni leerá”. Pues bien, ¿para qué sirve hoy en México estudiar a Kant, y por extensión a la filosofía? Porque lo cierto es que Kant no ha venido a México a pedir que publiquen sus obras en edición bilingüe. 

     A Kant se le considera el maestro universal, cuyo estudio es parte de la práctica o formación académica en las carreras de Filosofía, materia que significa a las humanidades lo que las matemáticas a la ingeniería; la filosofía sirve además para combatir la pseudorracionalidad, las pseudociencias y el fanatismo. 

     Según los ideólogos de la Escuela de Fráncfort, sería necesario que el profesorado de grado académico superior tuviese una titulación en Filosofía; hoy día ese ideal está muy lejos de cumplirse, debido en parte a una tendencia que devalúa el estudio de las aptitudes humanísticas en algunos sistemas universitarios públicos, donde se ha intentado expulsar esta asignatura del currículo académico. Si bien Kant es un autor indispensable para la formación del filósofo y como entrenamiento de la mente para tratar y resolver temas de actualidad, sobre su filosofía ya está todo dicho. 

     Como señala certeramente Paco Ignacio, son pocos en México los que estudian por obligación a Kant, y menos aún los que lo estudiarían de manera comparada en alemán, situación que vuelve inútil y redundante la publicación de sus obras en formato bilingüe debido a que ya está todo dicho sobre su filosofía, y los estudios comparativos y de actualización de su obra se llevan a cabo en la misma Alemania, en un ambiente de inmersión lingüística total. El FCE ha editado a la fecha en este formato Hacia la paz perpetua. Un bosquejo filosófico (2018),Antropología en sentido pragmático (2014), Crítica de la razón pura (2009), Los progresos de la metafísica, Crítica de la razón práctica (2005), quizás las obras menos recomendables para los no iniciados en la filosofía académica; algunas de estas obras ya se habían editado en México y en España, en versiones si no tan esmeradas, cuando menos decorosas y suficientes para objetivos académicos normales; en su lugar se podía haber comenzado por una breve compilación de los ensayos más populares y más digeribles sin una formación previa, que incluyese “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita”, “En torno al tópico: ‘Tal vez eso sea correcto en teoría, pero no sirve para la práctica’” y “Qué es la Ilustración”, este último lectura obligada y asequible para todo el público interesado por la filosofía en general, y sin conocimiento previo de las obras del filósofo de Königsberg. 

     Sin filosofía, la enseñanza de las ciencias sociales y las humanidades no es más que una mera pseudoformación. La formación de docentes en filosofía ayuda a preparar profesionistas todoterreno capaces de evolucionar y de reinventarse ante los cambios drásticos que suceden en la sociedad global. 

     La lectura de la filosofía es una práctica útil para que el ciudadano comprenda y supere la apatía, la comodidad y el estado de molicie en que se halla inmerso, y en palabras del mismo Kant, podría ayudar a salir “de su autoculpable minoría de edad, de su incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro”, deficiencias ocasionadas en el México por décadas de mala educación y moderno nihilismo: pseudorracionalidad, pseudociencias y fanatismo.

*Artículo recibido vía e-mailing