Artistas muertos (fracasados) -4-

© Manel Costa / Curro Canave

Manel Costa / Curro Canavese

EPíLOGO

Y ya para siempre

Gustavo Felipe se expandirá por nuestra memoria como el puré de un plátano maduro

con cada estornudo, gracias a Raimundo, crearemos universos de ba- bas galácticas

rezaremos a las santas de Octavio, musas de todas las altas y bajas artes

los humos de Matías entrarán y saldrán de nuestros pulmones como eleva- dos poemas rumbo a la eternidad

¡libertad, libertad y libertad!, Genoveva eres mi diosa, una, dos y trina

la música de Fermín nos acompañará en las noches de insomnio tocán- donos lo más profundo de nuestro sexo

beberemos y nos bañaremos con Baltasar para sentir el chorro fresco de la arquitectura de la vida

¡oh, Maria Manuela, cómo te deseo!

y cómo desearemos buscar en los rincones del espacio los sonidos de Bernarda, para gozar

Serafín siempre serás un rompedor, busco tus trapos sin marca, los lunes en el mercadillo de Russafa

amaremos nuestras contradicciones, porque todos somos Ambos y Sendos Claro se nos aparecerá en cualquier pared para romper nuestro blanco vacío

nos reiremos gracias a Acuoso en los días de lluvia, por todos esos pa- raguas sin alma

Kateto, gracias por descubrir el punto G, ¡cuánto nos gusta buscarlo!

Eolo, ahora siempre soplo, he salido del armario y mis ventosidades ya no me dan vergüenza

miraremos al cielo sabiendo que todas las nubes son tuyas, Velo

levitaremos cada día más alto Levi, para tocar bailando la troposfera, la estratosfera y la mesosfera

seremos siempre Ansiómetros extraterrestres, errantes, sin saber de dónde venimos y adónde vamos

plagiaremos a los dioses y estos nos plagiarán, como Olivencio por amor, sin importarnos el tiempo

y termino contigo Puto, ya que todo acaba siempre en un puto punto.

Y al final, puede ser que nos reunamos todos hechos puré en alguna molécula babosa, o rodeados de santas libidinosas que nos bailarán sobre el humo de la eternidad; tal vez seamos trinos, música o un chorro fresco de cualquier construcción imposible, el deseo de cualquier rincón del gozo, un trapo contradictorio usado y roto, la risa del punto G y su alma, quizás un armario apestoso por donde se escapan las nubes hacia la sexosfera, alienígenas que no van ni vienen, dioses o sólo un puto punto perdido en el espacio. Pero lo que es seguro es que acabare- mos siendo todos ARTISTAS MUERTOS FRACASADOS, y punto.

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