Nellie Campobello: desde una claridad

Abril Victoria García Capdepont

Escribir sobre Nellie representa, para mí, remitirme al recuerdo de cómo llegué a esta escritora, y sorprenderme al dar con que en realidad no fue a través de las palabras sino de la danza, que en un momento representó un mundo enorme que debía descubrir. Sobre Nellie sabía poco: que había sido una gran bailarina mexicana del siglo pasado, que había revolucionado el panorama dancístico, y que también escribía. Pero su literatura era difícil de encontrar. Mi primer acercamiento fue precisamente con una edición de Cartucho¸y poco después con una antología publicada por el Fondo de Cultura Económica en 2016. Me impactó la fuerza de sus palabras.

Nacida en Durango en mil novecientos (según registros oficiales), durante su infancia Nellie (Francisca Moya Luna) fue testigo de uno de los momentos más crudos de la revolución mexicana. Ella dijo alguna vez que escribió Cartucho como reivindicación a los mismos revolucionarios, y que escribió en ese libro “lo que me consta del villismo, no lo que me han contado”.

Los personajes de Cartucho son los cuerpos inertes, los caballos, las balas; pero la voz de Nellie es inocente. En sus narraciones confluyen de una forma un tanto paradójica la terrible crudeza de la batalla y la simplicidad de la niñez. Cartucho mismo es un hombre que a veces platica con Nellie, se encariña con su hermanita Gloria, y después, cuando deja de visitarlas y la familia pregunta por él, se dice que “Cartucho encontró lo que andaba buscando”.

¿Cuál es la maravilla de Nellie? Sophie Bidault-de la Calle (2003) menciona en uno de sus libros que Nellie escribió con el cuerpo. Para Nellie no sólo danza y literatura se complementaban, sino que eran los medios a través de los que ella expresaba su profundo amor por la tierra mexicana. Los recuerdos de su vida están opacados por las distintas versiones que ella misma dio acerca de su propia historia, cambiando siempre la verdad para ocultar algo. De esta forma, se convirtió en una mujer no sólo maravillosa sino también muy enigmática.

Íntima amiga de Martín Luis Guzmán, Nellie pasó, junto con su hermana Gloria, de la vida salvaje en la sierra de Chihuahua a posicionarse en el rico panorama cultural que comenzaría a desarrollarse en la posrevolución; vivió un México que acaso no ha sido superado en creatividad o producción artística. Cuando se dio cuenta de que no tenía futuro como escritora mujer, decidió derramar todo su espíritu en la danza, actividad que descubrió casi por azar y aburrimiento. Sin embargo, como la imparable artista que fue, llegaría a ser la directora de la Escuela Nacional de Danza.

El final de su vida también está lleno de misterio. Nellie desapareció; dejó de ir a la Escuela Nacional de Danza. No volvieron a verla. Se dice que una exalumna, Maria Cristina Belmont Aguilar, y su esposo, Claudio Cifuentes, comenzaron a entablar una relación muy curiosa con ella. Como muestra de generosidad, ya que su familia no tenía con qué sostenerse, Nellie les permitió mudarse a su casa. Años después, se les acusó de secuestro. A Nellie no la enterraron, y nunca se supo qué fue de ella.

Sin embargo, sus pasos bailarines y sus palabras dejaron huella en la vida cultural de México. Sus aportaciones a la literatura de nuestro país están en el mismo nivel que las de los grandes novelistas de la Revolución, como Mariano Azuela, Agustín Yáñez o el propio Martín Luis Guzmán, pues ella era toda una revolucionaria, y no sólo por haber escrito sobre este periodo tan particular de nuestra historia, sino por su propia forma de ser, muy distinta a la de las mujeres de su época.

La aportación de Nellie Campobello a la danza en México es tan grande que está presente en la cotidianidad, en las coreografías de los festivales escolares, en los ballets folklóricos y, en general, en toda la esencia de la danza mexicana. Ella creó las pautas para que la danza fuera accesible a todos, y que pudiéramos vivirla desde nuestra identidad y modernidad.

Para mí ha sido todo un gusto acercarme a su obra, tanto literaria como dancística, y encontrarme con su carácter algunas veces tierno, como en Las manos de mamá,y otras veces verdaderamente fuerte. No por nada menciona en su poema “Yo”:

Cuántas cosas

dicen

Porque vine

de allá

de un rincón

oscuro de la

montaña

Mas yo sé que

vine de una

Claridad.

Fuentes de consulta

Bidault de la Calle, Sophie, 2003. Nellie Campobello: una escritura salida del cuerpo. México:INBA.

Campobello, Nellie, 2007. Obra reunida. México:Fondo de Cultura Económica.

Matthews, Irene, 1997. Nellie Campobello: la centaura del norte. México:Cal y Arena.