El movimiento de las sombras

Sandra Leguel Medina

Lilia Ramírez sabe el nombre de todas las cosas, pero no las llama así: quiere presentármelas de nuevo, mostrarme lo que siempre estuvo ahí, pero no vi antes; me las revela una vez más para enamorarme de todo, como ella.

Lilia interpreta a la naturaleza porque comprende sus circunstancias; con su acuarela de letras me explica cómo es; libera mi imaginación para que logre entenderla.

Lilia levanta la voz. El mundo habita en sus ovarios. Sus sentimientos intensos trascienden el pensamiento y provocan emociones; me enseña a contemplar el universo y después a quererlo.

Sus dolores son las muertas de Juárez, la esclavitud, el patriarcado y el machismo. Los indigentes.

Me enseñó que hay quienes saben de las teclas del olvido; que es posible beber en la fuente del prodigio; que las mujeres somos sitio de arribo a la vida; y que pertenecer a un hombre no es un honor. La poesía se escribe toda junta, pero cada verso es universo.

Por sus recorridos descubrí hormigas, cigarras, luciérnagas, gusanos, serpientes, asnos, perros, pájaros de muchos tipos, avispas, chachalacas, catarinas, tortugas, colibríes, zorrillos, y conejos.

Ama lo que ella fue, lo que es y lo que será hasta que la muerte le llegue. Tanto, cómola libertad de la hoja, los sueños infantiles, los zapatos brillantes, las fuentes y el sol. Lo sé, prefiere el silencio, el atardecer y una mano. Lilia me hace sentir esperanza y coraje, ilusión y melancolía, amor y soledad.

Lilia dice, y yo le creo: los silencios no son tales; la pasión caduca; sin egoísmo no hay goce y que rezar es bueno; el café entre más amargo más provoca y el mundo es irrepetible por siempre jamás; la rosa siempre huele a entierro; es dado soñar a los que nada tienen; el aire no olvida su camino y todo augurio es impostergable, que la tierra se escarba poco a poco con la pala de los cuentos, el apellido es lo de menos y todo muta.

Lo que Lilia captura en el movimiento de las sombras es el cometa que me lleva a recorrer el firmamento; a transitar por ríos, montañas y cielos. Soy peregrina en los mundos que dibuja; camino por sus campos, jardines y puertos, también espío a las hormigas, disfruto permanecer ahí con ella. Con su voz descifra al mundo; logra que los ciegos vean y los sordos escuchen; los que no saben de amor amen y los dormidos, despierten. Y así entiendo cómo la transformación no es física, ella la alcanza, con un hechizo de papel, tinta y su voz de poetisa.

Deja vida que yo te ame, esa frase es la mejor presentación de Lilia Ramírez.

También te podría gustar...