Encuentra y usa tu poder interno

© Sapna Jain.

Emmet-Fox

A medida que avanzamos en la vida, todos sufrimos la constante influencia de sugestiones negativas. La gente bien intencionada nos las da en la conversación. Las escuchamos en las reuniones sociales o de negocios, las hallamos en los periódicos, en la radio.
Ese hecho preocupa a muchas personas, que casi quisieran poder encerrarse en una alta torre donde no pudiera penetrar nada negativo. Esa idea, desde luego, es errada. Estamos en este mundo para aprender a afrontar este mismo problema, y sería un error capital alejarnos de él, aún cuando fuera posible.
Estamos aquí para aprender una lección: que el mal no tiene poder, excepto el que le damos al creer en él. No hay pensamiento negativo ni falsa sugestión que le pueda causar daño a menos que usted lo acepte.
Recuerde que recibir una sugestión negativa, y aceptarla, son dos cosas muy distintas. A menos que usted acepte una idea, esa idea no existe en lo que a usted respecta, pues no ejerce ningún efecto en su vida. Esto, naturalmente, es válido tanto para las ideas buenas, positivas, como para las negativas. Si usted no acepta una idea buena o verdadera, esa idea no lo pueda influenciar.
La pregunta crucial surge automáticamente: ¿qué significa aceptar una idea? ¿Cómo se acepta una idea? Es muy sencillo. Aceptar una idea es creer en ella: eso es todo.
Si uno cree en una sugestión negativa, esa sugestión lo afecta a uno en la medida en que uno crea en ella. Si uno no cree en ella, no lo puede afectar.
La Enseñanza es la Buena Nueva, pero no lo puede ayudar a menos que usted la acepte, o le crea. Si usted le cree, entonces, por supuesto, trate de vivirla.

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