¿Qué fue de Gerineldo?

Daniel de Cullá

¿Qué fue de Gerineldo más hermoso que una dama? Estoy triste. Mi glande es como una Amoeba verrucosa. Que, por eso, nadie me dice: -¡Quién se acostará contigo! En movimientos oscilatorios de un flagelo sobre las células germinales en la gástrula de rana me hallo, cuando mi amada está dormida. Espermas fitoflagelados vuelan en madrugada de gametos, a eso de la una o las dos, buscando el comportamiento de los cromosomas con zapatillas de raso para no ser conocidos en las fases de la mitosis cogida entre mis brazos. Soy un ciliado Chilodon uncinatus; no tengo arreglo. Estoy en simetría bilateral con el espejo que me contempla tras del cofrecito mayor. A la cama me he metido, en remolino producido por un paramecio, para necio, que puedo llamar chupador. Tengo calentura, y veo la figura de mi amada, ya vencida, parecida a la esquemática axial de una hidra. Su órgano eléctrico es como el de un Torpedo marmorata; su aparato excretor, protonefridial; y muda de color. Quién me ha visto y quién me ve. Mi glande es mi testigo, negado y bien negado; tanto, que mi amada se ha estremecido. Somos dos corpúsculos sensitivos de naturaleza cuticular, y nuestros homocigotos son de serosa no pigmentada; herencia materna ya determinada en las hembras que se aparean; o se hacen las desentendidas, regando flores o lirios. Hembra con macho parásito en los jardines de Francia, en los de Aranjuez, o los del Retiro, en Madrid, España. Las pateras y las migraciones suelen sujetarse a las mismas rutas de emigración que las de la cigüeña. Desposorios, casamientos: Simbiosis entre una actinia y un ermitaño como la que verifica el cangrejo con la esponja que lo enmascara. Que tú, morenita y nita Que tú, morenita, y no. Las bragas, te las quito yo.

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