El murciélago se fuma un puro

Daniel de Cullá

Estamos en la Fiesta de la Vendimia
En Moradillo de Roa, Burgos.

Todos nuestros ojos se nos van
A los pies de un par de mozos guapetones Que pisan la uva para hacer mosto.
La gente se agolpa
Para coger un vaso de plástico
Y poder probar el mosto
Con una “sardinilla”
Pasta típica del pueblo.
¡Hasta autocares de la Tercera Edad Han venido a la fiesta desde Burgos ¡ Una tal Carmela que lleva dolores de parto Se pone la primera
Y su suegra que le dice al oído: -Carmela, hija, no bebas de ese caldo Que sabe a pies guarros y queso
No le vaya a hacer daño al crío
En su líquido amniótico.
Carmela no hizo caso, por supuesto.
Mi amigo Pedro y yo, Fraterno
Nos pusimos atrás
Pedro arrimándose a una bella moza Que era periodista de un correo
De Aranda de Duero
Quien, por la forma de poner su culo Consentía que le arrimara su morcillo.
Ni corto ni perezoso, él le dijo al oído:
-Te invito a mi bodega que es una preciosidad

Te doy de almorzar, y buen vino
Y te enseño mi pájaro
Que quiere mudar de nido.
Era mediodía, después de misa
Antes de ir al Centro donde se comía Junto al campo de Fútbol.
Los dos marchamos con ella, Heráclea
Y una amiga, Gudelia
A la bodega, que es mía.
Hemos llegado a la bodega
Que, a las dos, les ha encantado -Tenemos embutido y unas latillas
Dijo Pedro.
Ellas rieron como ríen las chicas Cuando se les abre el Chumino.
-Voy a bajar al fondo de la bodega a por vino. Quién de vosotras dos quiere bajar conmigo? -Yo, respondió Heráclea, pues no he visto Una bodega como esta.
-Tu, Fraterno, amigo, trae la luz
Y ven con nosotros; y Gudelia que se quede Pues ya sabe de bodegas
Dado que es más de pueblo que las amapolas. -Sí, yo me quedo
Colocando la mesa, exclamó Gudelia.
La bodega tiene tres huecos hermosos
En lo más hondo.

En el primer hueco se pararon Heráclea y Pedro Pedro le subió las faldas a ella Heráclea se quitó las bragas
Sacando, entre sus muslos, su cabecita
Un precioso murciélago.
Al instante, sacó Pedro su pájaro
Que parecía un puro habano Romeo y Julieta Recién encendido
Llevándole a los labios del murciélago. -Tráele, Pedro a los labios del murciélago Rápido, por dios
No tardes en repicarme
Que el puro que tú traes
Has de mancharlo en mi sangre.
-Ven acá murciélago malo
Que te vas a fumar este puro corriendo. ¡Qué espectáculo tan bello
Cuando Pedro le metió el puro en los labios ¡ El murciélago echaba humo
Las caderas de Heráclea
Estaban bañaditas en espermas claros
Y el puro de Pedro
Bañadito en sangre.
-Confiésate a mí, Heráclea
Como si confesaras con el padre
¿A que tu Chumino esta en menstruo
Y huele a demonios

Como el de la Condesa de Olivares? -Qué listo eres, Pedro
¡Qué marrano¡
Tu encendido puro Romeo y Julieta Ha volteado mi murciélago
Y los demonios en calostros
Se lo llevan a ninguna parte
En el Orgasmo:
¡Ay, mi Pedro ¡
¡Ay, mi Heráclea ¡

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