Hijos de tierra

Merari Fierro

Hace unos meses apenas, conocí en persona a Claudia Puente. En esa ocasión nos reunió nuestra pasión por los libros, por difundir la labor nuestra de cada día. Hoy, con gusto volvemos a encontrarnos, pero ahora lo hacemos para hablar de su poesía, de la palabra que toma cuerpo a través de su voz.

He de confesar que su libro no me sorprendió en absoluto. Más bien confirmó mi opinión sobre esta autora, poeta, editora y gestora: una mujer coherente en su actuar y en su decir, que comparte su saber en busca de que avancemos juntos en este camino llamado vida, y que sabe cómo jugar con las palabras. El juego que nos presenta en su libro Semillas me resonó de muchas maneras, pues tiene que ver con quiénes reconocemos que somos hoy, con quiénes somos en el estar aquí y ahora.

A través de su poesía, Claudia entabla una conversación con nuestros ancestros para mostrarnos nuestro lugar como “hijos de tierra”; somos, a través de su mirada, fruto de la luz, polvo de galaxias, pero también, formamos parte de las profundidades de este planeta, de estos agujeros negros no sólo rodeados de lava, sino también de mar. Así, la ballena y la hormiga cantan desde lejos. Por esto también, la montaña da voz al rezo, y cobija a los seres arquetípicos del venado y el oso.

También ésta es la razón por la que hoy estamos aquí, para completar el rito de la creación reflejada en su libro. A través de su voz, la nada toma forma, y siembra en nosotros, la semilla de su linaje. Felicidades Claudia.

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