E l g u s a n o

Kobda Rocha

Lo único que se pide es un grado mayor de racionalidad,

un grado mayor de lucidez.

Nicanor Segundo Parra

Darwin se equivocó… quizá no científicamente, pero sí conceptualmente.

Dios está hecho de NADA, la misma nada de la que surgió TODO. Asimov, Novoa, Hegel, quien se quiera poner como ejemplo, jamás se tuvo una aproximación atinada de aquello que el darwinismo refería con tanto temor y tanto recato. Acaso Bauman habrá querido reinterpretar a Carlitos, pero se desvió del camino y ahora tenemos buenas teorías que no sirven para este texto y su propuesta.

Dios se hizo a sí mismo, se creó y se desarrolló. Lo perfecto de él no está en haber sido siempre, sino en haberse mejorado hasta el punto de la autosatisfacción (¡qué maravillosa forma de evolucionar!). Dios también es omnipotente, y no porque lo pueda todo, sino porque todo lo que ha querido lo ha logrado. Tal como Mayra Santos Febres lo expresara: «Querer es poder, y tú lo quieres todo».

Entonces, cuando creó una especie a su imagen y semejanza, nos creó perfectos y omnipotentes; ‘perfectos’ no porque no tengamos defectos, sino porque podemos corregirlos; y ‘omnipotentes’ no porque lo podamos todo, sino porque tenemos la capacidad de querer.

Ahora aquí lo importante: sería erróneo pensar que un humano evolucionado logrará llegar a ser un dios, porque ¡ya es como tal! Por lo tanto, si evolucionamos, sólo nos alejaremos cada vez más de la imagen y semejanza con lo divino y terminaremos justo en el extremo opuesto. Yo lo titulé Gusano, pero piénsese en cualquier alimaña por el estilo.

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